viernes, 17 de septiembre de 2010

La etiqueta en las reuniones de negocio

Los negocios se basan en relaciones. En las reuniones de trabajo hay que relacionarse con otras personas. Y en cualquier lugar donde se dan relaciones entre personas hay que conocer y tener en cuenta ciertas reglas de cortesía y etiqueta, que hacen más fluidas y cordiales estas relaciones.

La etiqueta en los negocios es un factor muy importante que puede influir, de manera notable, en el éxito o el fracaso de una relación comercial, de una negociación o de cualquier otro tipo de acuerdo.

Si en la mesa se demuestra la buena educación recibida y los buenos modales que ha aprendido una persona, en una mesa de negociación pasa otro tanto de lo mismo. Como hemos indicado en otros artículos de este portal, ser más grosero o maleducado, no es sinónimo de ser más agresivo o mejor negociador. Todo lo contrario. Es la misma diferencia que existe entre ser respetado o temido. No es lo mismo.

"La actitud positiva es indispensable para negociar en un ambiente fluido y distendido"

Si todos los participantes en una reunión, se encuentran cómodos, relajados, tranquilos, confiados, etc. tienen el escenario más adecuado para sentirse confortables y ver con una actitud más positiva y serena todos los pormenores de las negociaciones. Los mejores resultados se consiguen en este tipo de reuniones. Las reuniones con voces, sobresaltos, faltas de respeto y de educación, son más tensas, menos productivas y muy poco fluidas. Entran en escena aspectos negativos, que nublan los puntos de vista y hacen mucho más difícil la evaluación de propuestas y la toma de decisiones.
Hay que hacer una distinción entre reuniones informales y/o internas, de las reuniones más formales y/o externas.
En las primeras el ambiente suele ser más distendido, incluso en el tema del vestuario. Se trata con personas conocidas, cercanas y, generalmente, unidas por algún tipo de vínculo: compañeros de trabajo, de departamento, colegas de otras compañías, etc. En este tipo de reuniones, se relajan cuestiones protocolarias tales como precedencias, tratamientos, etc. No quiere decir, con esto, que no se respeten las reglas básicas de cortesía y buena educación que deben estar presentes en cualquier ámbito de su vida.
En las reuniones más formales y/o externas, se suele tratar con personas, en muchos casos, desconocidas o con las que se ha tenido poco trato. En estos casos la formalidad se debe ver reflejada en aspectos tales como el vestuario, el tratamiento más respetuoso, la ubicación correcta de cada uno de los participantes según su cargo o puesto, etc. Tampoco hay que pensar que se va a hacer una reunión tan rígida, en la que se pueda cortar la tensión y la seriedad con un cuchillo. También puede haber un ambiente distendido, pero guardando unos ciertos límites.

En cualquiera de los dos casos, además de las buenas maneras, debe demostrar toda su profesionalidad preparando de forma adecuada la reunión, siendo puntuales, cumpliendo los tiempos establecidos, respetando los turnos de intervención de los participantes, etc. Respeto, educación y sentido común, son las claves del éxito en cualquier ámbito

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